Velada muy romántica en un Kafe Antzokia con la abundante gente entregada casi de antemano. Demostró Toni Zenet que, además de buen cantante, también es buen actor, y se metió al público casi desde el principio. Con simpatía y con elegancia. Adulando al público y adulando sus canciones y a los muchos poetas que han creado algunas de las buenas historias de sus muy callejeras historias. También engrandeciendo a sus buenos músicos, un quinteto peculiar con guitarra, violín, contrabajo y saxofón. Tocó mucho jazz (bueno él lo llamó con humor y chulería “Jaz” (con “j”) porque lo hace en castellano y muy bien. Eso sí, añadiendo, muchos toques tangueros, latinos (especialmente cubanos), arrabaleros y callejeros.

En los momentos más “Jaz-eros” nos recordó al más romántico al mejor Chet Baker. ¡Y eso es mucho decir! Hasta bordó una versión del genio romántico que fue el único tema que hizo en inglés. Nos sobraron las bases electrónicas de algunos de los temas de “La Estación del Momento” (El Volcán Música), su último y buen disco del que cayeron algunos de los más destacados temas, tales como el buen tema titular o su potente ‘Cóctel Molotov’. También nos enamoró con el single del mismo, un ‘Amarte’ que realmente desprendió amor y que, con sus aires tangueros y su sonido más “modernizado” recordó a los Gotan Project, para bien. Nos gustó también la historia de su ‘Amor A Tres’ con aires al jazz de Nueva Orleans. Hubo espectaculares solos de todos sus buenos instrumentistas que él recibió con halagos y que la abundante parroquia agradeció. Casualmente era el “Día Internacional del Jazz” y fue un acierto incorporar en algunos temas a nuestro gran pianista Joshua Edelman y la buena voz del todoterreno y omnipresente Saúl Santolaria.

Finalizó muy arriba con más puro romanticismo en ‘Sé Que Estás Pensando En Mí’ y nos llevó a pensar en esas personas que tanto queremos y añoramos. Culminó en el bis con un ‘Soñar Contigo’ que, sí, nos hizo soñar con esa persona. El piano de Joshua repitió para dar un toque más mágico aún a semejante, y ensoñadora, preciosidad. ¡Un concierto muy bonito y muy distinto a los que estamos más acostumbrados que, en buena compañía, disfrutamos como pocos! ¡Viva el amor y viva Zenet!

Autor: Txema Mañeru