Conciertos

 

18-05-2024

The Crawdaddys. Fun House, Madrid


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San Isidro, patrono de la villa madrileña, llegaba cargado de rythm'n'blues con la parada de los legendarios Crawdaddys dentro de su última gira por nuestro país. Después de sus recordadas apariciones en el Purple Weekend leonés del año 2000 y el toledano Go Sinner Go!! en 2011, la unión de fuerzas con sus compinches Tell-Tale Hearts (representados por Ray Brandes y Peter Miesner) mantiene la significancia de Dream Team de la imprescindible escena del revival 60's de San Diego. Especialmente palpable y disfrutable en el caso de Ron Silva y Ray Brandes como dúo de frontmen. Y es que si el bueno de Ron mantiene el tono de dulce aullador que taladró nuestros púberes tímpanos a principios de los 80, cuando Ray tomaba el micro me hacía recordar de nuevo que no hubo una voz en todo el revival garagero que significase tanto en mi educación sentimental musical como la de Brandes. Que en 2024 ese "Crawling Back To Me" sobre las tablas sea capaz de hacerme sentir lo mismo que la primera vez que lo escuchase alcanzando la adolescencia refuerza la fe totémica de esta música bastarda, salvaje, asalvajada y tribal parida por los afroamericanos y en una magnífica pirueta del destino pulida por los británicos para devolvérsela a los americanos... y por si hubiera dudas sobre pagar la deuda ahí estuvo ese "I Wanna Be Your Man" para rematar un set de dos horas de duración con una banda tan ensamblada por piezas como las conexiones Silva/Brandes y Miesner/Rivera, con Marc Capelle envolviendo desde el teclado y Victor Peñalosa turnándose con Gordon Moss, crawdaddy original y baterista del "Here 'Tis!". Del soul del "You Must Believe Me" de Curtis Mayfield (ya llevado a terrenos garageros en su día por bandas como los Count Five) a la bestialidad del "Teenage Letter" original de Big Joe Turner que en su versión de The Sorrows se confirmó como posiblemente el riff más asesino de toda la historia del rythm'n'blues, el repertorio de los de San Diego configuró la mejor paleta posible para ilustrar la música popular norteamericana hasta 1966 en su vertiente más cruda, sin aditivos. Lo que nunca muere. Sólo queda rezar para una próxima alineación de astros que no nos haga esperar más de diez años para volver a recibir a estos honorables chamanes, unos auténticos "Medicine men" chiflados y majaretas empeñados en luchar contra el paso del tiempo y, sirviéndome de la frase con la que Ezequiel Ríos tituló la biografía de Los Flechazos, hacer astillas el reloj. Como dirían los modernos, toda una declaración de resiliencia.

Autor: Pepe Kubrick

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