RESEÑAS DISCOGRÁFICAS

 

Ray Wylie Hubbard

Tell the devil I´m gettin´ there as I can


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Thirty Tigers / Popstock!

¡El viejo cabrón se ha marcado una nueva bofetada en toda la jeta de todos los seguidores del country más “light”! Comenzando por la espléndida y rabiosa portada y siguiendo por el desafiante y brutal título. ¿Las canciones? Hubbard en estado puro. Sabe que la vida le ha dado una segunda vida y por eso se acuerda de amigos e ídolos caídos como Townes Van Zandt, Lightin’ Hopkins, Guy Clark o Ernest Tubb. Por eso sigue viajando en vagones de trenes de cuarta categoría y contando sus bíblicas historias sobre pecado, dolor y redención. Sigue pasándose el country de Nashville por el forro de los huevos y haciendo casi más blues y folk que country convencional.
Su voz, con el duro paso de la vida, se hace cada vez más grave y se acerca a la de Johnny Cash y así comienza con la dura “God Look Around”. Se adentra en el blues más profundo en la confesional ”Dead Thumb King” y la armónica y las guitarras de “Spider, Snaker And Little Sun” y su aire pantanoso nos hacen acordarnos de Tony Joe White. Aunque este tema es una oda la trío de blues formado por Koerner, Ray & Glover. Se pone trotón y rock’n’roll a lo Steve Earle en la eléctrica “Lucifer and the Fallen Angels” cantando a Nashville y a Lucifer. Por cierto que con las guitarras le ayuda su hijo Lucas y lo hace de maravilla. El disco se lo dedica a su productor de siempre, recientemente fallecido, George Reiff y las canciones son historias recientes escritas sobre sus andanzas tras la publicación de su reciente y espectacular autobiografía, “A Life… Well, Lived”.
También están logrados los temas más desnudos y agrestes a lo Townes Van Zandt como “House of The White Rose Boquet”. El capítulo de colaboraciones también es brillante. La estrella del country más “convencional”, Eric Church y Lucinda Williams le secundan a la perfección en el sentido tema que titula el disco. En la rebelde y confesional “The Rebellious Sons” son  Bright Lights Social Hour la buena compañía. En el cierre es el turno para una Patty Griffin que da calor a una introspectiva y hermosa “In Times Of Cold”. ¡Al viejo tejano parece que todavía le quedan unas cuantas balas en la recámara! 

Autor: Txema Mañeru

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