El geniecillo falco siempre irradia felicidad en la mayoría de sus canciones y en todas sus actuaciones. En esta gira su alegría y satisfacción parecía ser mayor aún pues acaba de casarse con la mujer de sus sueños y están en una gira-luna de miel que está repleta de felicidad para ambos. Sus conciertos son como un viaje musical a mediados del siglo pasado y hasta en ciertos temas algo más atrás. Swing antiguo, folk, blues primigenio, toques country y hasta algo de rock’n’roll con referencias que pueden ir desde Django Reinhardt hasta a Johnny Cash, pasando por JD McPherson, Buddy Holly, Hank Williams, Tony Bennett, C.W. Stoneking, Old Crow Medicine Show o Jonah Tolchin.

Bien respaldado por su fantástica banda, The Northsiders, que al principio se oía muy baja pero que luego sonó a las mil maravillas con especial mención para el pianista y para el guitarrista, brillantísimo también con la corneta en muchos de los temas con más swing y hasta con algunos aromas latinos por momentos. Ya tiene 9 discos y hasta ha grabado en el prestigioso sello de Jack White.

Comenzó con alegría y baile con ‘Fine To Me’ en un show repleto de romanticismo y nostalgia, pero cargado de vida. Me encantaron temas relajados como la mágica ‘Rotterdam’ o la preciosa ‘Lucky Sometimes’ (para mí, cumbre absoluta de la noche)  con el mágico y sensible piano en primer plano. También nos hizo bailar como su ‘La La Blues’ y con la aportación vocal de su esposa, no demasiado notoria musicalmente, pero que sí desprendió también dosis de alegría con su look muy Marilyn. ‘Goodbye Barcelona’ fue otro buen momento o esa joya y maravillosa historia titulada ‘End Of My Rope’. Los aires góspel y el órgano de ‘Something In The Water’ también se nos quedaron clavados y nos llevaron a pensar en nuestros seres más queridos. Tras 17 temas hubo un muy solicitado bis con otras 4 (en las que lució más sus tatuajes al quedarse con camiseta interior) que comenzaron con otra preciosidad relajada tocada por él en solitario. El final, coreado por todo el Antzokia casi lleno) fue con  las voces de la pegadiza ‘Goodnight, Goodbye (Hope Not Forever)’, que se convirtió en otro momento realmente entrañable. Durante la actuación repartió púas, pero también flores porque había varios ramos sobre el escenario. Además Addie lanzó un ramo de espaldas como suele hacerse en muchas bodas y justo le cayó en las manos a un servidor. ¡Joder, no me tocará casarme, no? Si me toca me gustará oír su música en ese día y volveré a verle en futuras actuaciones porque disfrutamos de lo lindo. ¡Romanticismo musical y velada para enamorar!

Fotografías: Dena Flows

Autor: Txema Mañeru