Entrevistas
17-12-2018
Marcos García, decimosexto sueño de un artista
Después de "Vinyland", Marcos García debuta como director y guionista en su nuevo largometraje de ficción titulado "El decimosexto sueño de un artista" en donde, con una gran personalidad, nos describe la vida de un músico y su relación con el amor y los sueños. Marcos da un impulso, con todo merecimiento, en su creación cinematográfica. Maneras e ideas no le faltan como lo ha demostrado en esta película y en la anterior "Vinyland". La película se proyectará el próximo 28 de Diciembre en Cines Príncipe Zinema en Donostia.
Marcos, la música y el cine o el cine y la música forman parte de tu vida cotidiana. ¿Cómo fue ese encuentro de estos dos ítems culturales?
De crío veía bastantes películas y tuve la suerte de descubrir en VHS la serie “Alfred Hitchcock presenta” que veíamos cada fin de semana más o menos. Pero fue al llegar a París que tuve un encuentro de verdad con el cine. En la Cinemateca Francesa aprendí y vi mucho: las diferentes maneras de hacer cine, descubrir películas de todos los lugares del mundo... Y sobre todo sentir el amor y el respeto a un arte. Parece extraño, pero es algo que siento en ese lugar y que no siento en otros. Con la música fue toda una suerte el descubrir que mi padre tenía una tienda de discos y traía a grupos de gira. Pero no fue hasta muy tarde que empecé a merodear por los cajones de casa y ver discos y escucharlos.
"Vinyland" fue tu primera aparición en el mundo del cine. ¿Qué sensaciones tuviste con este primer debut cinematográfico?
Mucha libertad, fue como subirse a una montaña rusa y no bajar nunca. A nivel humano, descubrir el mundo de Vinyland, conocer a aquellas personas me ayudó para pensar El Sueño. Y viví la experiencia de un rodaje, que nunca es fácil. Fue intenso, difícil, pero aprendí mucho y mereció la pena.
¿Tu vida en París te marca a la hora del pensamiento de elaboración de proyectos, guiones y demás trayectos como director de cine?
Da igual el lugar donde esté, todo lo que pasa a mi alrededor ya sean encuentros, emociones, personas, o cosas que veo impregnan mi imaginación. No hago más que coleccionar visiones. Pero no creo que eso sea algo específico al cine o a trabajos artísticos. Las personas se alimentan de lo que les rodea para vivir, si no no serían personas. No sé qué serían, pero no vivirían.
Ahora mismo ya tienes una nueva película en cartel como es "El decimosexto sueño de un artista". Tanto como director como guionista, ¿de qué manera fuiste dando color a este proyecto?
Unos meses antes del estreno de Vinyland en el Festival de San Sebastián, estaba leyendo el Retrato del artista adolescente de James Joyce y me vino a la cabeza una escena en blanco y negro en una carretera desierta y un hombre esperando a alguien apoyado en un coche antiguo. Ese hombre era Mikel Toyos. Lo apunté y continué trabajando en el guión. Fueron entrando más personajes e intenté elegir lugares donde sabía que podría rodar.
Das un enfoque de interrelación entre el amor, la música y lo onírico. ¿Qué punto de inflexión querías darle al argumento cinematográfico de la película en todo su contexto?
Hablas de tres temas que se cruzan en la peli por momentos, pero no creo que se pueda decir que haya un argumento cinematográfico. El Sueño es ante todo una experiencia, como si escuchases una canción, con la música yendo por un lado y la letra por otro. Con la música tienes que escucharla, tiene que experimentarla. Yo veo el cine de esa manera, como una experiencia. Las palabras llegan después, la emoción primero.
¿Cuanto tiempo te llevo el rodaje de la película desde su inicio hasta su final?
El rodaje en sí duro dos meses. Pero todo el proyecto, desde el guión hasta el último día de la mezcla de sonido duró dos años.
¿Qué colaboraciones, qué tengas a bien destacar, han contribuido en «El decimosexto sueño de un artista»?
Primero a todos los actores no profesionales que aceptaron participar en el proyecto. Y sobre todo a Mikel, que sabiendo que el castellano no es su lengua materna, hizo un trabajo ejemplar, aprendiéndose el texto y dando su esfuerzo y su tiempo al proyecto. No es nada fácil, estar detrás de la cámara. También a las personas, familiares y amigos, que nos dejaron rodar en sus tiendas o casas. El artista Detritus, merece una especial mención. Su humildad, su cariño, su apoyo y su persona sobre todo, me ayudaron mucho. Fue un encuentro que me acompaña hasta hoy, y que me inspira mucho. Y para terminar el trabajo que hizo Berta. Crear una música que es el alma de la peli. Escuchas su música y ves imágenes de la peli.
Marcos, como director llevas dos películas, pero dime, ¿cuales han sido los pasos mas fundamentales que has llevado para cumplir tus sueños de ser director cinematográfico?
No creo que haya pasos. No soy alguien que me ponga objetivos para cumplir lo que quiero ser en la vida. Son encuentros, oportunidades y decisiones tomadas rápidamente. No me hice muchas preguntas. Pero no creo que El Sueño hubiese existido, si no no hubiese hecho Vinyland con Mikel Insausti.
¿Cuales han sido los directores de cine que más te han influenciaron ?
Federico Fellini, Aki Kaurismaki, Jacques Tati, David Lynch, Léos Carax y un poco Tarantino cuando era crío. Y algunos westerns, quizás.
La banda sonora de la película la ha hecho tu hermana Berta. ¿Que opinión tienes del desarrollo musical de la película?
Como he dicho, es el alma de la peli. La música se alimenta de la imagen, y la imagen de la música. Fue increíble asistir a todo el proceso de creación de la música. Desde las primeras maquetas que me hizo escuchar en su móvil, hasta la grabación final en el estudio de Iñaki De Lucas. Hay algo visceral en esa música, algo muy profundo.
También aparecen dos temas uno de Peralta y otro de The Limiñanas. ¿Por qué decidisteis meter a estos dos grupos?
El tema de Peralta encajaba con la emoción de la secuencia, y el tema de Limiñanas también. Los dos transmiten una emoción que me parecía que podían funcionar dentro de la peli.
Hiciste una entrevista hace escaso tiempo a Blixa Bargeld. ¿Qué es lo que más te gustó de la personalidad de Blixa?. ¿Qué nos puedes contar de su nuevo proyecto llamado KIKU?
Aunque cueste creerlo, ya que su imagen de frontman autodestructor durante los 80 con Neubauten es bastante impactante, es alguien con mucho humor e inteligente. Con una manera de trabajar muy inspiradora. Vi a KIKU hace unas semanas en Paris, y me gustó. Es una mezcla de jazz y rap, y spoken word. Ver en directo algo diferente siempre se agradece.
¿Cuales son los grupos o solistas que más te han sorprendido últimamente?
The Lookers con su nuevo disco Real Things que ya está a la venta. Y alguien que descubrí gracias a Limiñanas: Bertrand Belin. Hay mucha simplicidad en lo que hace, pero en el fondo se esconde algo muy complejo y emotivo. Nick Cave & The Bad Seeds con sus últimos discos y directos.
En cuanto al cine se refiere, ¿qué películas has visto en este ultimo trimestre que destacarías?
De cine actual, que veo muy poco desgraciadamente, me sorprendió mucho Lazzaro Feliz de Alice Rohrwacher. Fue una experiencia, como un sueño, y una sensación de levitación. Hace poco descubrí El crimen de Monsieur Lange de Jean Renoir y me fascinó por su temática, personajes y manera de mostrar las cosas.
A nivel cultural y de personalidad, ¿qué piensas de tu generación?
Todavía tengo 23 años, cuando tenga 87 creo que podré responder a la pregunta.
¿Qué próximos proyectos tienes en estos momentos en mente?
Entre las clases y el curro, intento trabajar en proyectos de cortometrajes. Tengo varios y espero darles forma en los meses que siguen.
Qué pros y qué contras tiene actualmente el mundo cinematográfico desde tu punto de vista.
Creo que por un lado hay una industria que se contenta cada vez más en apostar y producir las mismas cosas una y otra vez. Nos venden lo mismo, porque saben que funciona y solo les interesa sacar beneficios. Hablo de Hollywood, que vende sus películas como productos, como una lata de Coca Cola. Aunque le pongas las etiquetas de “Zero”, “Sin azúcar”, “Light”, “Con limón” o “Cereza”, sigue siendo Coca Cola. Por otro lado está lo que muchos llaman cine de autor. Pero no creo que haya que contentarse con estas dos categorías. Hacer o ver “cine de autor” parece ya hasta elitista. Lo bonito es que ahora está al alcance de todo el mundo el hacer cine. Luego está el problema de la distribución y el poder vivir de ello. Me imagino que es un poco cómo en la música. En algún momento tienes que hacerlo a tu manera, intentarlo por lo menos. Con El decimosexto sueño de un artista lo he intentado.
Felicidades y muchas gracias.
Gracias a ti.
Fotografía: J. A. Areta Goñi (Juxe)
Autor: The Profe