Vi a los Luna por primera vez el pasado milenio y me encantaron. También he seguido la mayoría de sus destacados discos, así como los que ha hecho Dean con su mujer, Britta Phillips. Pero ayer en el Antzokia ha sido el mejor concierto que les he visto y el que más he disfrutado. Quizás será porque ya no recordaba demasiado los anteriores. Su actuación estuvo llena de emoción, ternura y trenzadas guitarras de principio a fin. Suele pasar a menudo, en los buenos directos, que surgen ganas y expectativas de que algunos de los temas se alarguen por unos cuantos minutos más. Pero es que en esta ocasión, con Luna, todos los de las primeras y entregadas filas coincidíamos en que nos hubiera gustado que todos y cada uno de los 16 temas que interpretaron hubieran durado 4, 5 o varios minutos más. Así hubiéramos llegado al éxtasis total.

Antes abrieron el trío Gold Lake encabezado por la buena voz de la hija de Miguel Ríos, que interpretaron siete temas y también nos dejaron con ganas de algo más. Sonidos entre el trip-hop de Portishead u Hoovephonic con joyas recientes como la final ‘Weightless’, de su más reciente disco e idéntico título, y bordando el ‘Song To A Siren’ de Tim Buckley, pero acercándose casi más a la buena versión que hicieron This Mortal Coil. No extraña que desde su nacimiento, hace casi una década, hayan trabajado con Phil Ek (Fleet Foxes, Father John Misty, The Shins); o ahora en “Weightless” con Aaron Dessner (The National) y Chris Taylor (Grizzly Bear). ¡Hay que seguirles la pista sin duda!

Pero centrándonos en la mágica actuación de los Luna tenemos que decir que estuvo llena de clásicos y llena de estupendas guitarras y ambientes. Está claro que son claros deudores del sonido de Nueva York creado por The Velvet Underground y que luego heredaron y ampliaron los Televison de Tom Verlaine. Se decantaron por un material lleno de clásicos que comenzaron por ‘Slide’, la preciosa ‘Malibu Love Nest’, o esas ‘4000 Days’ o ‘Chinatown’, que estuvieron ya en su genial “Live” del 2001. En algunos de estos temas ya percibimos esos ecos a la banda de Lou Reed y por si hubiera alguna duda, hicieron una magnífica versión de una buena canción de un disco menor de Lou como es “New Sensations” con la pegadiza canción de igual título. Siguieron evocando a dicha banda, pero también a sí mismos con clásicos como la hermosa ‘Tiger Lily’, la apoteósica ‘Bobby Peru’ o la genial ‘Moon Palace’. En muchas de ellas destacando también el bajo de Britta y sus buenos y sentidos coros. También con un Dean que cedió protagonismo en muchas ocasiones para los excelentes punteos de Sean Eden. El éxtasis llegaba cuando se enzarzaban ambos y nos hacían levitar y desear, eso, que las canciones se alargaran por unos cuantos minutos más. Eso también sucedió con su tema más “Velvetiano”, el magnífico ’23 Minutes In Brussels’ que superó los 7 minutos, pero hubiéramos querido que llegara a la duración del Sister Ray’. Ahí, otro momento mágico al hacer una hermosa versión de una de las mejores canciones de Lou en solitario, la siempre entrañable ‘Satellite of Love’, con sus excelsos coros. Acabaron con otro clásico del siglo pasado como es su ‘Friendly Advice’ y la gente como loca pidiendo más y más. Así llegó un bis muy especial que comenzó con el ‘Femme Fatale’ de la Velvet excelente y emotivamente cantado por Britta. El colofón final fue para su magistral versión del ‘Marquee Moon’ de los Television y otra vez que nos hubiera encantado y hubiéramos llorado de pasión si hubieran seguido varios minutos más. ¡Canción histórica de una banda histórica llevada a otro nivel por una banda que, para mí, es ya también histórica y unos clásicos indiscutibles! Si por mí fuera estaría todavía oyéndolos en la actuación. De hecho, hoy sigo oyendo su música y rememorando los grandes momentos vividos y sentidos.

Fotografías: Eneko Mañeru

Autor: Txema Mañeru