Este experimento protagonizado por el reverendo Beat-Man no podía caer en saco roto, debía ver la luz. Y más de un lector se preguntará, ¿cómo surgió esta llamativa alianza? Sencillo, diversos músicos se reunieron una semana en las montañas suizas, concretamente en Bruson, oeste de Suiza, se aprovisionaron de vino blanco y grabaron en un caserón, sobre un establo de ovejas. Los músicos y amigos, provenientes de formaciones punk y rockabilly, sacaron adelante la grabación sin complicaciones, enriqueciéndola con su carisma y experiencia personal. El resultado son once canciones que transitan entre los estilos ya mencionados añadiendo sintetizadores con ciertos toques de baile, blues o rock and roll. Un experimento llamativo y entretenido en el que sobresalen temas como «I want to fuck you baby», «Slave to the pone» o «Shut up!». Dios los cría y ellos la lían.

Autor: Rafa García-Moreno