Me escribe Manu para informarme que la banda tiene trabajo nuevo y si me interesa hacer algo. Automáticamente pienso que hay cosas que no se deben preguntar, más sabiendo que Los Tupper nunca harán un disco malo. Y así es, las doce canciones que lo componen son una grata sorpresa amantadas de buen rock and roll, blues, genuina psicodelia y vicioso glam. Un disco grabado a fuego lento y a la memoria del fenecido Kevin Junior, amigo de la banda, y que ha contado con otros pervertidos músicos y amigos de la talla de Darrel Bath, Charlie Mysterio y Dave Kusworth, entre otros. Sin pasar alto los arreglos de vientos que aporta la Broken Brothers Brass Band. Un disco ambicioso y logrado que, después de una larga espera, no defraudará a nadie y será bendecido en toda mesa de buen melómano. Si Revilla sabe lo que tiene en la comunidad a la que representa, probablemente en vez de pasiegos y anchoas regale un disco de Los Tuppers.  

Autor: Rafa García-Moreno