RESEÑAS DISCOGRÁFICAS

 

Guadalupe Plata

Guadalupe Plata 2017


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Everlasting Records / Popstock!

Es un auténtico placer sonoro y espiritual el reencontrarse con una de las bandas más singulares del panorama mundial, cada dos años. Sus discos, siempre de la mano de Everlasting Records / Popstock, y con una exquisita presentación también visual, nos llegan siempre con título homónimo y nos sorprenden siempre por su rudimentario pero muy atractivo sonido. También por esas simples, pero muy atractivas historias que nos cuentan. ¡Es solo blues tradicional y desnudo, pero me gustan! Lo mejor es que al escuchar este nuevo "Guadalupe Plata" palpamos a la primera que su fórmula no se agota sino todo lo contrario.

Pueden parecer que sean más inmovilistas que los Ramones, los AC/DC o su adorado John Lee Hooker pero es que su fórmula mágica sigue proporcionándonos resultados reconfortantes. Siguen a su puta bola con blues arcaico y rudimentario, pero que suena también a día de hoy. De hecho en su concierto domina, quizás sorprendentemente, el público más juvenil. En su anterior “Guadalupe Plata III” (Everlasting Records / PopStock!) o "Guadalupe Plata 2015" si lo prefieres nos volvieron a masajear de lo lindo hablándonos de serpientes, gatitos, malas mujeres, ratas, perros o de malvados diablos como ellos. Buena prueba eran las magistrales “Huele a rata” con sus aullidos a lo Howlin' Wolf o la acelerada y sucia, para fans de los Cramps incluso, “Calle 24”. Luego estaba ese destructivo final titulado “Tengo el diablo en el cuerpo” con lamentos entre blues y flamenco.

Parecía que el listón estaba ya imposible de superar, pero si penetras en la inagotable magia de su nuevo disco te encontrarás con nuevos motivos de gozo o de tormento. Es el caso del fascinante arranque del trío de Úbeda con el sorprendente primer single que es una fantástica versión. Se atreven con la desgarradora "Qué he sacado con quererte" de la chilena Violeta Parra. Un pedazo de single que sirve para distanciarles aún más como grupo exclusivamente blues, ya que son mucho más que eso. Ellos la llevan a terrenos cercanos a Ennio Morricone y suena como un fronterizo y siniestro western de John Sayles. Sigue con "Miedo" que es realmente terrorífica y en la que vuelen a aullar como sólo ellos saben. Me fascina el misterioso arranque de "Tan solo" al que luego se suma una gran guitarra eléctrica con mucho eco. Quizás abusan un poco de los temas instrumentales y nos dejan con ganas de más temas cantados, aullados o maullados pero "Navajazo" es un ídem a la yugular lleno de misterio y sangre y con un contrabajo de aromas casi jazz. La cara B se abre con otro buen instrumental titulado "Preso" de ecos cinematográficos y guitarras surf. En "Demasiado" regresan a su onda más canalla, gritona y característica. Finalizan con las inquietantes y desérticas guitarras y cascabeles de "Almería" y te dejan con mono de más. La presentación del compacto en digipack vuelve a ser una gozada con la portada animal del propio Pedro de Dios y con el gigante póster muy castizo de Patricia Crespo. Para quererlos tampoco hace falta volver a insistir en sus rudimentarios instrumentos con el bajo hecho con el barreño y el cubo de una fregona que suena como el más crudo contrabajo con su única y tensada cuerda. ¡Pasada total una vez más con su menos es más, aunque no sea su obra más redonda, pero lo gozarás aun mucho más si los ves en directo porque son sencillamente impresionantes y grandes! 

Autor: Txema Mañeru

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