Su nombre podría ser el de una antigua e icónica coplera de la España de entreguerras, pero Lidia Damunt es algo mejor y mayor que eso: una pieza fundamental para entender la deriva de la música alternativa española. La murciana, icono del riot grrrl desde que a finales de los ’90 capitaneara a Hello Cuca, se encontró con un siglo XXI al que modeló a su gusto, generando despistes necesarios para que la mal llamada ‘música de autor’ se convirtiese en un género líquido que se pudiera desplazar del punk al pop, de la canción tradicional a las texturas ochentosas, de la crítica encendida al sarcasmo punk, de la desnudez de la intimidad al hedonismo del baile. Y precisamente en esa última parcela es donde Lidia Damunt ha querido acercar algunos de sus clásicos recientes.
Lo hace en un EP que ve la luz justo un año después de la publicación del celebérrimo Nacer en Marte; y en donde ahora decide sentarse en una silla a ver cómo otros al miran y la interpretan en cuatro remixes que redimensionan cuatro de los clásicos recientes de una de las musas del indie estatal.
Por un lado, la particular manera que ha tenido Putochinomaricón, alter ego artístico del inclasificable Chenta Tsai, de extender un verano que prácticamente no hemos sentido: su remix de Bolleras como tú al espíritu del Hyperpop, quitándole las capas de folk y convirtiendo a Lidia de musa antifolk en una suerte de avatar afterpunk para las pistas de baile imaginadas de la era Covid.
Por otro, el acercamiento al brass latino que Camilo Lara, mandamás del Instituto Mexicano del Sonido, impone sobre Como la miel. Tan cerca de la new wave brillante de Eurythmics como de la imaginería punk-folk de The Slits o del baile encendido de artistas como sus compatriotas Silverio o Quiero Club, esta remezcla del productor mexicano impone un viaje de espíritu musical que nos lleva de punta a punta del globo terráqueo.
Por otro, la basculación housera que impone Joe Crepúsculo, uno de los artistas que mejor conecta con el espíritu de Lidia Damunt en el ecosistema musical alternativo español. En la mirada que arroja sobre Felicidad, el barcelonés la lleva a un universo en donde este himno se pasea tanto por la psicodelia más cósmica como por los chiringuitos ibicencos para ver las puestas de sol.
Por último, la facción más pistera la imponen Hidrogenesse, hermanos generacionales de la murciana y uno de los proyectos que mejor ha sabido entender y redimensionar el repertorio de Lidia Damunt a lo largo de los años. Si su alianza de hace un par de años con El Túnel había sido un pelotazo, en Tú me das consiguen que una pieza de corte folk intimista en una canción tech-house que se hubiera podido bailar en la Factory neoyorquina o en la Haçienda británica como en el parking del Barraca o en el Tomorrowland. |
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