Cumple diez años esta página web en la que te encuentras ahora mismo y qué mejor forma de celebrarlo que traer de vuelta a la capital a los bilbo-argentinos Cápsula, que no actuaban en Madrid desde 2007. Quizá no sea mucho tiempo, pero en estos cuatro años Cápsula han entregado dos de los álbumes más prometedores de rock español de los últimos tiempos, “Rising Mountains” (2009, BCore Disc) y el aún fresquito, como ellos mismos dicen, “In the Land of Silver Souls” (2011, BCore Disc) además de su disco conjunto con Ivan Julian, “The Naked Flame” (Bloody Hotsak Records, 2009), mi debilidad particular. Quizá el grupo de rock con más potencial desde hace mucho tiempo en un país en el que nunca —y cada vez menos— ha cotizado a la alta el rock, Cápsula bate marcas en directo frente a sus discos. Si “In the Land of Silver Souls” se caracteriza por cierta tendencia al ensimismamiento psicodélico y el eco ambiental, sobre las tablas no toman prisioneros y prefieren ganar por KO que por puntos. Impulsados por la brutal base rítmica formada por Coni Duchess al bajo (fantástica bajista, contundente y detallista al mismo tiempo) e Ignacio Villarejo a la batería impulsando la alucinada voz de Martín Guevara, muestran que las largas horas, días, años girando sin parar han dejado huella en su música. Y, sobre todo, que disfrutan haciéndolo, haciendo del carisma y la actitud escénica sus dos principales bazas. Entiendo y comparto las alabanzas de sus más enfervorecidos defensores, e incluso admito que su directo despejó todas mis dudas, entre ellas, esa falta de personalidad que algunos han señalado. Si bien en disco asoman sin disimulo la cabeza Stooges, Cramps, Sonic Youth (en concreto, por la voz de Coni) y en directo afrontan a Bowie (acaban de hacer su Ziggy Stardust completito) y a Sumo pasados por su ventilador demencial, su carisma, buen hacer y ese punto de equilibrio que consigue conjugar profesionalidad con pasión nos devuelve unos Cápsula que se rigen sólo por sus propios parámetros, listos para saltar a la primera fila de los grupos españoles, con perdón de muy, muy pocos. Que no te los tenga que descubrir David Fricke.  

Antes que ellos, los locales No Aloha volvieron a demostrar por qué es uno de los grupos más queridos de la escena. Siempre a su bola, entre el punk festivo y la angustia grunge, ofrecieron a sus fans, que no son pocos, un notable concierto salpicado por un puñado de versiones (de Parálisis Permanente a Pixies pasando por los inevitables Ramones) que formaron un nada tímido pogo en las primeras filas. Al igual que a Cápsula, se les nota que se han pelado el culo en distintos escenarios a lo largo de muchas noches, y que finalmente pueden disfrutar de una parcela dentro de la escena donde encontrarse cómodos, respetados y queridos. Felicidades a ellos, al igual que a Cápsula y a Sonic Wave Magazine: la celebración no suele ser común en una escena, la rock, habitualmente dada al pesimismo, las dudas y la queja. Pero de vez en cuando, no hace mal felicitarse y brindar por diez, veinte, treinta años más. El milagro, muchas veces, es simplemente conseguir seguir adelante, paso a paso.

Autor: Héctor G. Barnés