Entrevistas
09-12-2021
Capsula, seres eclécticos
Martín y Coni son unos trabajadores incansables y entusiastas. Lo fueron desde que llegaron hace dos décadas a Euskadi por su duro pasado en Argentina. Lo siguen siendo porque se empaparon del carácter fuerte y trabajador, pero siempre noble, del pueblo euskaldun. En todos estos años seguro que son el grupo vasco, y seguramente español con más actuaciones en su haber. De hecho, ahora están jodidos y estresados por no poder tocar a menudo en directo y la verdad es que se suben por las paredes. Hasta han tenido tiempo para regresar a su Argentina natal y comprobar que la que nos está cayendo aquí es una mierda en comparación con lo que sucede por allí y en otros lugares con situación más pobre y delicada. ¡No me quiero ni imaginar lo que será la India o algunas zonas de África!
A pesar de estar continuamente (y que sigan porque sus conciertos son pura descarga adrenalínica) en la carretera, siempre han tenido un importante ritmo de grabaciones. El caso es que con todo este tiempo “libre” (y eso que no están en Madrid con la Ayuso) han tenido tiempo para crear ahora aún más que nunca. Phantasmaville (Silver Recordings) podía haber sido con toda tranquilidad un disco doble o incluso triple. No ha sido así pero sí puede que sea su disco más ecléctico, aunque siempre dentro del os amplios márgenes del rock’n’roll. Sin dejar sus esencias post-punk y noise de lado con bandas de cabecera como Sonic Youth y sin dejar sus arrebatos glam o psicodélicas se han abierto a sonoridades cercanas al heavy metal más oscuro de Black Sabbath o al space-rock de Hawkwind, así como al rhythm and blues británico de The Yardbirds, entre otras locuras varias. A última hora también se les ocurrieron un par de temas onda Costa Oeste trufados de psicodelia para dar un poco más de colorido aún y mayores dosis de buena locura. Seguro que estamos ante su disco más abierto de miras y puede que estemos también ante su mejor y más completo disco hasta la fecha. También es más luminoso y positivo en oposición al precioso, pero muy oscuro “Bestiarium” anterior. Comprobaremos su calidad por el puesto que alcancen en las listas con lo mejor del año… y apuntan muy arriba una vez más. Más alto que nunca.11 temas en inglés y en castellano y sin versiones. Además se han dejado montones de canciones acabadas de igual nivel que verán la luz más adelante y para las que todavía no han pensado formatos. Nos filtran que puede ser un disco de corte industrial en la estela de Einstürzende Neübauten o la trilogía berlinesa de Bowie y Eno. ¡Cosas buenas que hace el no poder dar apenas conciertos! Su conversación (la de Coni y la de Martín) rica, sabia, fluida y cargada de naturalidad y simpatía fue una gozada total y un pozo de sabiduría para el que suscribe. Fue en una escucha previa del disco. Luego tuve este amplio cambio de impresiones con un siempre locuaz y entregado a la causa, Martín.
Primera pregunta casi obligada. Para un grupo como el vuestro que vive (vivía) prácticamente en un “The Never Ending Tour” como el de Bob Dylan, ¿Cómo estáis llevando esa situación interminable sin apenas conciertos? ¿Muchos intentos de agresión mutuos en la vida diaria (risas)?
El año pasado, en plena pandemia nos las arreglamos para hacer una gira de teatros que se llamó “Seres Eléctricos”. Eran menos conciertos que los que solemos dar habitualmente, pero muy especiales ya que sentimos que la necesidad de conexión entre humanos era más necesaria que nunca. Así que, aunque cumpliendo protocolos de distanciamiento, sanidad, mascarillas, butacas, etc., le encontramos la vuelta para que el mensaje y la energía del Rock N Roll siguieran adelante.
Uno de los pocos lados positivos a esta situación ha sido el hecho de poder dedicar más tiempo que nunca a la creación. ¿Costó cambiar el chip de componer muchas veces hasta en plenos viajes entre concierto y concierto a hacerlo de una manera más “relajada” y con más tiempo para que fluyeran las ideas?
Totalmente. Este ‘Phantasmaville” es nuestro decimotercer disco, y entre gira/disco/gira, en los últimos 23 años de banda nunca habíamos tenido tanto tiempo para poder escarbar tan profundo en lo que es la esencia del sonido de la banda. Y además adentrarnos en nuevos universos conceptuales y de sonidos. Es un disco de ruptura y a la vez de descubrimiento en cuanto a las distintas sonoridades que podemos capturar.
Además creo que, buscando el momento oportuno para poder sacar el nuevo disco y alargándolo una y otra vez para hacerlo coincidir con el poder defenderlo en directo como se merece, habéis seguido creando nuevos temas sin parar… ¿A última hora creo que se han sumado a la lista dos gozadas onda Costa Oeste psicodélica como «Into The Sun» con esas guitarras que pueden hasta recordar al Santana de Woodstock o a Eric Burdon & War ?
No le veíamos mucho sentido a publicar un disco sin una gira que nos permitiera poder mostrarlo en directo y compartirlo con los amigos y seguidores que tenemos en distintas partes del mundo. Ahora que las condiciones sanitarias han mejorado, vimos que era el momento de mostrar estas canciones y salir a defenderlas en directo. Con “Into the Sun”, nos pasó que ya teníamos terminado el disco cuando una tarde aparecieron los acordes y la melodía todo junto y de golpe. Nos gustó mucho y vimos que podía encajar dentro del disco. La grabamos inmediatamente y terminó siendo una de esas canciones que hacen de hilo conductor entre otras de sonoridades más distintas, una especie de puerta multidimensional en el espacio y tiempo que conecta nuestras distintas influencias y da cohesión a las otras canciones.
A este paso si esperabais al momento de poder tocar libremente y como antes en directo, igual no salía nunca, no?
La situación sanitaria va mejorando día a día, y los aforos y medidas se van ampliando también. La banda está sonando mejor que nunca, por lo que le tenemos muchísimas ganas a esta gira.
Las nuevas canciones se mueven siempre dentro del amplio abanico del rock’n’roll en general. ¿Pero quizás añadís algunos terrenos algo inexplorados hasta ahora? ¿Hay algo de los primeros Black Sabbath, Blue Cheer o del heavy metal más oscuro en temas como «You Won’t Believe It»? o ese genial arranque del LP con el primer single (y genial videoclip) ‘Behind The Trees’.
Hace ocho años habíamos grabado una versión de “Planet Caravan” de Black Sabbath. Con nuestro toque psicodélico y lisérgico en versión de guitarra de 12 cuerdas. Para éste disco queríamos un sonido gordo y pesado de Power trío del futuro, y en algunas canciones como ‘Behind The Trees’ ó “You Won’t Believe It” creo que ha quedado muy bien plasmado.
También parece que habéis entrado en aires rhythm and blues británico de los 60 y bandas como The Yardbirds o el Jeff Beck Group. ¿Cómo surgió esta nueva aventura y en qué temas podemos apreciar estos nuevos derroteros?
Los Yardbirds de Jeff Beck siempre han estado ahí para nosotros. Tenemos tatuada en la retina esa secuencia de la peli “Blow Up” de Antonioni donde en medio del trance del fotógrafo/protagonista al entrar a un garito se encuentra a una banda de Rock & Roll a fuego. Son Los Yardbirds con Jeff Beck y Jimmy Page al bajo. Jeff Beck termina rompiendo su guitarra contra el ampli. Glorioso!!!
Eso sí, vuestra perspectiva está alejada del punto de vista reciente en materia similar de un hombre como Joe Bonamassa…
Hay algo en nuestra forma de entender la música que nos distancia de la técnica pura. Con todo el respeto del mundo hacia este tipo de músicos. Lo que nos prende fuego el alma (al menos hasta ahora) son las canciones y los sonidos que vienen de un plano más visceral. Creemos que una sola nota de la guitarra de Bob Quine (por ejemplo en “Waves of Fear” del “Blue Mask” con Lou Reed) puede decirte muchas más cosas que un millón de notas por segundo de un supuesto “guitar heroe”. Son solo gustos, sin más.
¿El pospunk, y bandas con guitarras alucinadas en primer plano como Sonic Youth o My Bloody Valentine, sigue ahí presente en varios momentos del disco como la explosiva y guitarrera «Melting Down» o ese estupendo «Esferas», muy bien cantado por Coni, con aires a Siouxie o Seres Vacíos, pero con más dosis de psicodelia?
Es que todas esas bandas que escuchamos de adolescentes, al pasar por el filtro de Capsula se convierten en algo nuevo y distinto. Es algo parecido a lo que te decía de la peli de Antonioni. En tu cabeza crees que es de una manera, pero tus propias vivencias y los elementos con los que cuentas (tipos de guitarras, amplis, pedales), la convierten en otra cosa. Y de ahí surge eso que te diferencia y termina formando tu propio sonido. Algo así como tu sello ó tu firma. Y muchas veces eso aparece de las limitaciones y las carencias que vas convirtiendo en virtudes.
Iba a decir en canciones pero es que está mejor lo de “momentos” porque tenéis temas en los que transitan varios de estos estilos en una misma canción. ¿De dónde han surgido, en esta ocasión, las ganas de viajar en cada tema?
Es parte de nuestra propia esquizofrenia. Somos muy conscientes que en nuestros cerebros hay millones de fragmentos que hacen esa especie de puzzle cultural, idiomático y sónico donde la suma de todos esos cachitos termina siendo nuestra forma de pensar en un momento determinado. Y eso condiciona la composición de las canciones y los esquemas por donde van pasando los sonidos. Las canciones terminan siendo como viajes, a veces por tiempos y espacios que conocemos y otras veces no. La cuestión aquí pasa por ir perdiendo el miedo a tus propias fronteras mentales y a que tu propia música te puede sorprender con matices que aún no conocías de ti mismo.
Por qué ahora el salto de regresar al castellano de vuestros orígenes en Argentina en varios temas. Creo que ha tenido algo que ver con ese grande paisano vuestro que es Moris. Desde aquí aprovechamos para recomendar su “Fiebre De Vivir” como uno de los mejores discos de rock en castellano de todos los tiempos. ¿Qué os ha empujado definitivamente a dar este paso y qué historias habéis querido que se entendieran aquí especialmente?
Durante muchos años estuvimos tocando en Europa, Estados Unidos y Asia para un público donde el inglés era el idioma común. Una especie de esperanto del Rock (que diría Jerry Corral). Pero en nuestras raíces están grupos que escuchamos de muy chicos en Argentina como Moris , Pescado Rabioso, Almendra, Pappo’s Blues, Manal. Y mientras escribíamos estas canciones nos dábamos cuenta que algunas de ellas sonaban muy bien en castellano. El Camino de la Plata, Esferas o Ciudad Fantasma empezaron con melodías que funcionaban en castellano/argentino, y así se quedaron. Si algo suena bien, déjalo que suene tal como es.
Otro punto positivo de la interminable situación ha sido el poder viajar a vuestra Argentina, después de varios años creo y hacerlo con más tiempo que nunca. ¿Creo que el motivo fueron temas familiares, no? Pero ha servido esta inesperada, seguro que muy rica interior y personalmente, visita para nuevas creaciones musicales o para posibles retoques y nuevas vías en temas ya compuestos previamente?
Encontrarse con la familia (viviendo tan lejos) siempre es un subidón anímico y de corporeidad de las raíces. Te vienen las sensaciones que viviste en tu infancia y adolescencia, y el recuerdo tangible de porqué te dedicaste a esto. Es una especie de catarata emocional donde las canciones están en el ambiente. Es solo agarrar la guitarra y que empiecen a aparecer esas melodías y palabras.
¿Por cierto, habéis tenido tiempo u ocasión de chequear la situación del r’n’r en la actual Argentina, cuna siempre de grandes propuestas en esta onda?
El último viaje ha sido para compartir el tiempo al 100% con la familia. Ni giras, ni radios. Tan solo el disfrutar de estar juntos con los más cercanos. Pero siempre estamos conectados a lo que pasa allí. Y la escena underground siempre es una fuente inacabable de talento, donde cada día puedes descubrir a alguna banda maravillosa.
Bueno, quizás allí la gene esté ahora mucho más involucrada en la mera supervivencia que en el rock’n’roll. Como suele decirse, ¿No sabemos lo que tenemos? ¿Cómo rula la vida diaria por aquellas tierras?
La supervivencia en Argentina es la mayor parte del tiempo la razón principal del existir. Es algo que vives desde muy chico. Lo que no impide que la música (de cualquier género que sea) sirva como conexión a otro plano de realidad donde la existencia se hace más soportable. En muchos casos (en el que me incluyo) termina siendo el único hilo al que agarrarte para poder sentirte libre.
Aligerando conversación. En la lucha River-Boca tú vas por “Independiente”. ¿Has tenido ocasión de ver a tu equipo? ¿Por qué andan peleando?
El ser de Independiente es un legado familiar. Otra forma de conectar con tus afectos. Un sentido de pertenencia al clan. Los recuerdos en la cancha van más allá de lo futbolístico y tienen que ver con ese compartir con mi padre y mis hermanos. A Independiente lo llaman el “Rey de Copas” ya que a día de hoy sigue siendo el equipo argentino con más copas internacionales. También se caracteriza por jugar con mucha gente de la cantera y respetar una tradición de lo que llaman “paladar negro”, una especie de “jogo bonito” a la argentina. Aunque muchas de esas cosas quedaron en el pasado y el fútbol moderno requiere de resultados urgentes que se contradicen con esos valores.
Vemos en tu estudio que ahí tienes el mate de tu tierra. ¿Te lo has podido traer de allá o tienes buen suministro del mismo por aquí?
El mate también tiene su cosa de conexión con tus raíces. Es otra excusa para compartir con los seres queridos.
Martín, en estos tiempos de “encierro” estás teniendo más tiempo que nunca para grabar a grupos en tus guapos estudios Silver Recordings. ¿Algunos de ellos te han podido también inspirar a la hora de crear canciones o probar nuevos arreglos en algunos temas?
Por supuesto! La interacción con músicos en el estudio es un constante aprendizaje. Cada persona tenemos cosas que decir y transmitir a través de la música. Mi función como productor es la de canalizar esas expresiones en sonidos y canciones, y la de aportar distintos puntos de vista para que esos sonidos que muchas veces están en el inconsciente se puedan materializar. Es un ida y vuelta todo el tiempo. Todos aprendemos de todos.
Algunos vemos en ti ya hasta una especia de “Paco Loco del Norte”, pero sustituyendo un poco su indie-rock por estilos más apegados al rock’n’roll clásico o al punk. En poco tiempo has producido a bandas veteranas como vosotros (Help Me Devil/Bonzos, Kinki Boys) y a otras de más corta pero prometedora trayectoria como King Kong Blues, The Ribbons, Moonshakers,Buffalo, Dreams Of Dolly Sheep o Seda. Otras que arrancan ahora como los prometedores Feline, aunque curtidos en otras bandas importantes como Audience o Zuloak (Fermín Muguruza). ¿Si tuvieras que elegir a 3 grupos de los producidos en tu estudio con cuáles te quedarías porque hayas aportado más cosas o te hayan sorprendido más por su propuesta?
Lo de Paco es un gran honor, ya que le tengo una admiración tremenda. Cada uno de los discos que sale del estudio está hecho con una dedicación enorme desde la pre producción hasta que llegan a la fábrica. Siempre pensando en que cada canción que sale es la más importante de la historia de la música (es literalmente como nos lo tomamos). Y cada disco y artista que pasan por allí son algo de lo que estar orgullosos, una especie de familia que se crea. Sería imposible quedarse con sólo tres, cada disco es además de las canciones, todas las vivencias que pasaste con la banda durante su creación, recuerdos y memorias imborrables.
¿Y otras 3 a los que te gustaría producir y qué crees que pudieras aportar algunas cosas? Valen sueños imposibles si quieres.
Creo que serían muy divertidas unas sesiones con Thee Oh Sees, Ty Segall o King Gizzard entre muchíiiisimos otros.
El nuevo disco tiene el buen y acertado título de Phantasmaville. ¿Pero creo que teníais un proyecto de disco o de conciertos con el nombre de “Seres Eléctricos”, aunque oyendo vuestros discos y este “Phantasmaville” en particular, con su más amplia apertura de miras que nunca, no pudiera haber sido también un buen título el de “Seres Eclécticos” (risas)?
Para Phantasmaville le dimos bastantes vueltas a las temáticas de las canciones. Y los títulos y las letras también iban evolucionando a medida que crecían las canciones en el estudio. En lo sónico y en lo conceptual. Tuvimos un montón de títulos diferentes mientras íbamos generando éste disco. Y pensándolo ahora, creo que cualquiera de ellos podría haber sido el acertado.
Además en esta ocasión os habéis liado más aún la manta a la cabeza. Creo que os habéis desligado amistosamente de Hotsak y habéis creado vuestro propio sello, Silver Recordings, con el nombre de vuestro estudio de grabación. ¿A qué ha respondido esta novedad? ¿Nunca habéis abandonado del todo ese espíritu “Do It Yourself”.
Desde que empezamos la banda nos movimos con el concepto del “Hazlo tú mismo”. Si bien estuvimos trabajando con distintas discográficas y promotoras, grandes aliados con las que pudimos ampliar el espíritu colaborativo con el que nos manejamos, ya habíamos explorado en la fabricación y distribución de discos, el montar giras, hacer la promo y mil etcéteras por nuestra propia cuenta. Nos quedaba pendiente el crear nuestro propio sello discográfico, que en un futuro puede servir de plataforma de lanzamiento para otros artistas también.
¿Claro que vosotros no habéis tenido prejuicios nunca para arriesgar con lo que os viniera al cuerpo y a la mente, no? ¿Hay muchos terrenos transitables dentro de eso que conocemos como rock’n’roll?
Creemos firmemente en que la palabra Rock & Roll es sinónimo de libertad. Libertad creativa, libertad de explorar nuevos sonidos, libertad de decir lo que uno piensa y siente sin condicionamientos. Y el traspasar y transgredir los géneros tiene que ver con esa misma idea de libertad.
Si no me equivoco superáis ya al docena de discos y este es (o puede ser) el primero sin versiones… ¿Tanto material bueno teníais para elegir? ¿Cuántos temas se han quedado fuera?
Nos pasa seguido cuando estamos grabando nuestros discos, que empezamos con un número bastante grande de canciones que por distintas razones se quedan fuera. Somos bastante selectivos con lo que publicamos. En este caso, la criba tuvo más relación con el hecho de que hubiera una coherencia estilística. Generar con el transcurso de las canciones una especie de viaje en que el oyente pudiera ir trasladándose a distintos lugares y tiempos dentro del universo Capsula.
Coni ya venía cantando como una jabata cada vez más en los últimos discos. En este disco otra vez muy buenas muestras de ello como las de las citadas «Esferas» o «You Won’t Believe It», pero también en la marcianada titulada «El Camino De La Plata» o en ese oscuro, profundo y guitarrero arranque titulado «Behind The Trees», en el que lo hacéis muy bien a dúo, primer single del disco.. ¿No te parece que cada vez canta mejor y con más registros?
Lo de Coni es alucinante. Al cantar se mete en un montón de roles y papeles donde cada palabra tiene una expresividad especial. Ella le da mil vueltas a la sonoridad y el sentido de cada palabra de la letra. Para ello se empapa de otras disciplinas como el cine, la literatura, las artes plásticas. Tiene una capacidad de conectar con su inconsciente que lo he visto en pocas personas. Me genera admiración a cada momento.
Hablando de singles creo que también pudiera serlo ese esclarecedor título que tiene la trepidante «(Don’t Be Afraid And Play) Rock ‘N’ Roll»?
Es una canción que podría funcionar como declaración de intenciones de todo el disco, y hasta de toda nuestra carrera. La letra tiene dos partes muy claras. En la primera parte, Coni va enumerando todas esas prohibiciones y miedos que genera la sociedad al individuo. “No hables” “No pienses por ti mismo” “Ten miedo hasta de tus pensamientos”. Y en la parte final de la canción está lo que en nosotros funciona como antídoto contra éstos imperativos. El vencer al miedo y a los dictámenes negativos de la sociedad, juntándote con los que te entiendes, uniéndote con los cercanos para ser más fuertes. Y tocar en una banda de Rock & Roll cumple perfectamente con esos requisitos. Lo que para nosotros es sinónimo de libertad como te decía antes.
Siempre cuidáis la parte visual. Vuestra hija está estudiando y trabajando en artes visuales. ¿No habéis pensado en ella para la creación de algunos vídeos de adelanto para las nuevas canciones como hacen la mayoría de grupos últimamente?
Vicky siempre es parte de lo que generamos en Capsula. Desde muy chica ha vivido de cerca las giras, los procesos creativos y todo lo que tiene que ver con la banda. Ella tiene una sensibilidad artística muy especial y siempre es la primera persona a consultar cuando hay alguna cuestión estética que definir. Está estudiando cine y estamos súper orgullosos de cada uno de los pasos que va dando en su carrera. Todo lo que podamos colaborar juntos siempre es una alegría enorme y motivo de festejos.
En vuestras instalaciones de Silver Recordings con ese ascensor claustrofóbico o ese montacargas en el que habéis grabado el último vídeo, ambos con esas rejas metálicas, se podría grabar alguno de terror o asesinatos en onda Seven o Los Intocables de Elliott Ness, ja, ja. ¿Os influye en ocasiones el cine en general a la hora de crear o tomar ideas?
El cine es siempre fuente de inspiración. En éste caso el nombre de “Phantasmaville” lo asociamos directamente a la peli de Godard de 1965 “Alphaville”. Eso que hace 55 años se entendía como ciencia ficción distópica, en muchos sentidos lo estamos viviendo como una realidad en la actualidad. Para el video de “Behind the Trees” aprovechamos lo inquietante del agujero del techo del montacargas del estudio, y al empezar a rodar nos dimos cuenta que podía ser la clave de toda la historia. Ese agujero como una especie de vórtice ó puerta inter dimensional que nos absorbe a otros espacios y tiempos. Muy David Lynch todo.
Por cierto, creo que vais a cuidar como nunca el apartado visual en próximas actuaciones y también tenéis intención de hacer vídeos con todas (o casi) las canciones del disco para contarnos una historia también con eso. ¿No es así?
Es que cada una de las canciones del disco tiene una sonoridad que puede ser encarada desde lo visual muy concretamente. Estamos muy contentos con la colaboración que estamos haciendo con amigos que vienen de las artes visuales y que pueden aportar su visión al imaginario de Phantasmaville. Estamos creando un vínculo muy fuerte con Arturo Bastón en la edición, animación y post producción de los vídeos. Y con Bittor Fortes para la grabación ya habíamos trabajado en el pasado y nos entendemos muy bien.
La portada, y arte gráfico en general, del anterior “Bestiarium” fue una bestialidad total. ¿Satisfechos con este lado también en el nuevo disco por el gran trabajo de ese artista todoterreno, al que también admiráis como creador musical, Oskar Benas?
Después del arte gráfico de Bestiarium el listón había quedado muy alto. Para este disco queríamos reconducir la propuesta y quién mejor que Oskar para darle una vuelta de tuerca al concepto y convertirlo en imágenes. Hay un montón de simbología en el trabajo de Oskar. Tuvimos muchas reuniones donde íbamos poniendo en palabras tanto las sonoridades como las letras del disco. Oskar tomaba notas y nos iba mandando personajes y ambientaciones donde situarlos. Cada tonalidad y cada uno de los elementos que hacen a la portada como a los internos del disco tienen una razón de ser en el universo de Phantasmaville. Estamos encantados con el trabajo de Oskar. Ojalá podamos seguir colaborando en el futuro.
Creo que por cuidar lo habéis hecho hasta con la hoja promo. La firma el capo de la casa, el experto Ignacio Juliá. ¿Con qué le habéis tenido que sobornar o es otro fiel a la causa Capsula?
Ignacio está dentro de nuestra iconografía personal. Sus libros están en casa en el mismo estante que las discografías de Bowie, la Velvet o los Stooges y tienen un valor muy especial para nosotros. Además, es una figura muy importante en nuestras vidas y en la carrera de Capsula. Ignacio es quien nos presentó a John Agnello y generó los lazos para que pudiéramos grabar con John y con Tony Visconti. Es infinito lo que tenemos para agradecerle. El hecho de que sus palabras sean parte de este disco es algo que nos genera una felicidad muy grande. El equipo no podía estar completo sin la presencia de Ignacio.
Me acabo de enterar de vuestra pasión por la música Oskar Benas en solitario por la Eric Burdon & War. ¿Alguna recomendación de última hora más o algo que queráis añadir?
Cada día descubrimos música que nos estimula. Puede ser de distintos géneros y épocas. Cuando empezamos a componer este disco veníamos de girar por Japón, donde descubrimos a Takeshi Terauchi, un genio de la guitarra surf del que teníamos muy poca información. Nos volvimos locos! Aparte de la influencia grande de Link Wray y Dick Dale, nadie manejaba el tremolo de la guitarra Mosrite como Takeshi. Para esa misma época, nuestro amigo Shogo nos metió en el universo de Los Mirlos, banda peruana de los setentas que también nos impresionó muchísimo. De Eric Burdon creíamos conocerlo todo, tanto con los Animals como en solitario, pero de repente se nos apareció esa maravilla de disco que hizo en 1970 “Eric Burdon Declares War”. Lo poníamos una y otra vez. Por Oskar tenemos una admiración total, tanto en su faceta como guitarrista como diseñador.
Ah, ahora que os encargáis del proceso completo del disco y que tenéis (de momento) menos conciertos dónde vender vuestros discos (que es vuestra principal “tienda” de venta). ¿Cómo se puede conseguir ya el disco o si se puede encargar, sobre todo esa esperada y suponemos que chulísima (por esa lobezna portada) edición en vinilo?
El disco va a tener una distribución muy buena en tiendas físicas en España y Europa. Seguimos creyendo mucho en el material físico y en especial en el formato vinilo, por lo cual será fácil de encontrarlo en cualquier tienda. También por los canales digitales de distribución, y por supuesto en nuestros conciertos. Ya arrancamos con la gira de presentación así que nos vemos en la carretera.
Foto: Lucía Colom Porrero
Autor: Txema Mañeru