Casa Linda es el cuarto disco de Cala Vento, un álbum en el que han contado con las colaboraciones de Amaral, Gorka Urbizu (Berri Txarrak) y Gospelians de Girona. Joan Delgado (batería y voz) y Aleix Turon (guitarras y voz) plantean once canciones en las que las guitarras suenan más contundentes y el mensaje social no queda en segundo plano. Repasamos con ellos las canciones de este trabajo y pormenores del mismo.

Empiezo por el título del álbum, Casa Linda, ¿es una reivindicación de la vivienda en la actualidad?

Lo es. Pero también es la mejor definición del disco que hemos hecho, por eso lleva este título. Casi sin quererlo hemos hecho el disco más conceptual y redondo de nuestras vidas. Al igual que el primero, es una colección de canciones sueltas compuestas, en distintos momentos y sin intención temática conjunta, a lo largo de más de dos años. Pero, al tenerlo ya casi terminado, la verdad es que nos parecía muy de estar en casa. Es un disco tipo rock, pero es agradable, te acoge y te abraza. Las letras también son de buscar esa zona de confort con los tuyos, esa sensación de “casa”.

Este trabajo es el más guitarrero de todos los publicados hasta el momento, ¿intencionado o salió así?

¡El horno no está para bollos! (risas). Te diría que fue intencionado porque en realidad hay poco de aleatorio en Cala Vento, somos muy perfeccionistas y estamos muy encima de todo. Queríamos hacer un disco de guitarras “calaventianas” para todos los públicos.

¿En “Ferrari” habláis de uno de los pecados capitales, la lujuria?

Y de la avaricia. Es una manera de decirle a la gente que todo el mundo tiene tentaciones y que no pasa nada si no sabemos cómo reaccionar delante de ellas. El error o el acierto son dos mundos muy relativos y como decía el querido Pau Donés “según como se mire todo depende”

Recuperáis «Teletecho», un tema de hace bastante tiempo y con colaboración especial.

Es que es tan temazo que no podíamos dejarlo fuera. Al igual que Ferrari, Equilibrio y 23 semanas, esta producido por Youth en su estudio de Granada y para nosotros era muy natural meterlo. De hecho, cuando la grabamos a finales de 2020 vimos que habíamos dado con la tecla de lo de guitarras “calaventianas” para todos los públicos. Fue la primera piedra de “Casa Linda”. Y como guinda esta la increíble voz de Eva Amaral. ¿Quién no quiere la voz de Eva en su disco? Nadie.

¿“23 Semanas” trata sobre la España vaciada?

Así es. La hemos cruzado mil veces yendo a tocar y son sitios que te atraen y los desprecias a partes iguales. Queríamos poner en valor que cada uno es dueño de su vida si la salud le corresponde y que siempre hay lugares a los que huir de lo que no te convence. Al final usamos la existencia de esa zona tan desértica de este país como metáfora del empezar de cero donde todo está por hacer. Es una canción que habla de resetearnos.

¿Lo de trabajar con varios productores era premeditado o surgió sobre la marcha?

Como decía antes, solemos trabajar las cosas con bastante intención. La producción de Casa Linda la hemos dirigido Joan y yo y nos hemos permitido el lujo de ir tocando la tecla que hemos querido en cada momento del proyecto.

¿El hecho de tener vuestra propia discográfica os da libertad creativa y de edición?

Obviamente. Hacemos y deshacemos lo que queremos con nuestra música y todo lo que la rodea. A veces estamos faltados de ideas y nos vendría bien una mano, pero estamos bien así.

¿Cómo surgió la idea de ampliar el catálogo y fichar a bandas tan dispares y potentes como Lagartija Nick, Biznaga o La Elite?

Del amor por la música. Desde la creación de Montgrí en 2019 no nos hemos repartido ni un euro de lo que ha generado el sello, todo se ha reinvertido en los distintos proyectos que lo conforman. Hemos descubierto que, más allá de nuestra banda, tenemos gusto y talento para ayudar a desarrollar otros proyectos. Es una gozada cuando ves a un grupo contento y agradecido con el trabajo hecho.

¿Qué les ofrecéis para atraerlas en vuestro seno?

Transparencia, creatividad y pasión. Pero normalmente, nuestra trayectoria como Cala Vento es suficiente.

Por último, se puede vivir de la música en nuestro país.

En ese sentido me gustaría ser muy crítico y que hiciéramos todos una reflexión. Conozco mucha gente que vive de la música. Que sean músicos, pocos.

Fotografía: Anna Mendiola 

Autor: Rafa García-Moreno