Conciertos

 

02-11-2018

BIME 2018. BEC, Bilbao


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El BIME Live sigue creciendo y consolidándose como una de los más importantes festivales europeos en recinto cerrado. A ello ayuda también el cada vez más importante BIME PRO, destinado a los profesionales del mundo de la música. En esta edición superaron los 2000 profesionales congregados, que se dice pronto. Entre las charlas y conferencias de profesionales quizás la más impactante haya sido la del histórico promotor británico Rob Hallett que ha trabajado con Leonard Cohen, The Who, Kayne West, Lady Gaga, Prince, Beyoncé, Bon Jovi, Duran Dura, Rolling Stones o Rod Stewart, entre muchos otros más.

Pero vayamos al turrón de las actuaciones. Abrieron la jornada del viernes unos de los ganadores del Heineken Volume Up, UNCLOSE lo forman tres es miembros de Split 77, una de las mejores formaciones de post-punk y electrónica que ha dado Bizkaia. Sonaron estupendamente entre The Cure y Editors. Claro que también recordaron, para bien, a los propios Split 77. Gran toma de contacto. VULK volvieron a impactarme como siempre. Bueno cada vez les veo mejor. Suenan cada vez más a Vulk, aunque en su primer tema me trajeron a la mente, para bien, el nombre de Joy Division e incluso de Varsaw. Luego ya se fueron creciendo de manera cada vez más punk y con mayor garra con su cantante practicando boxeo contra el vacío en varios de los momentos de mayor agresividad. Nos quedó la duda de si en su camiseta llevaba el águila fascista o el de la bandera de la República Democrática Alemana. Yo me decanto por esta segunda opción. UNIFORMS también sonaron más intensas y con mayor agresividad que el día anterior en La Ribera dentro del BIME Pro, en la presentación del nuevo sello discográficos Oso Polita, junto a Garbayo, Gimnástica y Venturi. Su guitarrista pasó al centro del escenario y se les aprecio más su gusto por Sleater-Kinney, aunque luego viendo a Slowdive me dijeron que eran también uno de sus grupos favoritos. Había que alimentarse algo y fue una pena porque pintaba muy bien lo que hicieron los jóvenes THE MAGIC GANG, desde Brighton, con algunos efluvios de los mismísimos Madness. BELAKO volvieron a demostrar porque son el grupo vasco más importante de la actualidad. Hacen estupendos discos como su tercero y aún reciente “Render Me Numb”, pero es que en directo son una maquinaria imparable que se transforma por completo de unos conciertos a otros, pero siempre deparando excelentes sorpresas. Cris se movió con gran desparpajo en destacados temas como el arranque con ‘False Step’ o los momentos más cercanos al punk con ‘Lungs’ o ‘Zaldi Baltza’. El lado más shoegazer también brilló con los susurros y coros de ‘Track Sei’. Había que elegir entre JOHN MAUS y DAMIEN JURADO, y ante la posterior sobredosis de música electrónica nos decantamos por un intimista y hermoso Jurado. El de Seattle estuvo perfectamente arropado por el diestro guitarrista Joshua Gordon. Entre ambos crearon arpegios en forma de sortilegios encantadores y Damien fue cantando con su clase, ya sobradamente demostrada, muchas canciones de su último trabajo, “The Horizon Just Laughed”. ¡Nadie rió, pero muchos disfrutamos de lo lindo! Llegaba uno de los momentos más esperados del festival. El regreso de unos SLOWDIVE que tras dos décadas en el dique seco sorprendieron el pasado año con un estupendo “Slowdive” con eso del “decíamos ayer” de aquel profesor que estuvo encarcelado. Rachel sigue cantando como los ángeles, pero a mí me sigue gustando más cuando es el gran Neil Halstead quien lleva la voz cantante. Dream pop realmente ensoñador y deliciosos toques shoegazer que te hacían mirarles a ellos y no a tus zapatos. Pero es que además Neil tocó su guitarra en bastantes momentos recordándonos incluso a los mejores Television de Tom Verlaine. Hasta sonaron deliciosos algunos de ls temas de su fallido “Pygmalion”. ¡Una de las cumbres del día y del festival! Era el momento para los cabezas de cartel del día. EDITORS siempre ofrecen buenos conciertos y aquí no fue la excepción. Tom Smith se erigió en protagonista absoluto e hizo de todo y todo bien. Cantó, tocó y contagió su euforia a un público muy entregado. Fantástico sonido y buenos juegos de luces engrandecieron las canciones de todas sus épocas. Dominaron los teclados y los sonidos sintéticos más entre las de su último trabajo, “Violence” y el sonido se tornó más guitarrero y post punk cuando recurrieron a cimas pretéritas como ‘An End Has A Start’ o ‘Munich’. Su grave voz, a menudo con eco, se coló por todos los rincones del BEC!, y también por los espíritus de los más de 8000 espectadores que hubo el primer día. APHEX TWIN comenzó con gran sonido y espléndidas y llamativas luces, pero su propuesta y nuestro cansancio acumulado hizo que tomáramos el camino hacia el necesario descanso. Sonó mucho más agresivo, dubstep e industrial que en sus comienzos discográficos.

El sábado subió el número de espectadores hasta acercarse a los 12000 (según Last Tour). Abrió la local HAKIMA FLISSI, también premiada en el Heineken Volume Up. En teoría aldeana de Lezama pero modernísima. No son sonidos para abrir una jornada de un festival grande y no es la nueva Amy Winehouse tampoco. Combinó soul, electrónica, rap y reggae con algunos bonitos destellos vocales. De ahí a los enérgicos ROLLING BLACKOUTS COASTAL FEVER que estuvieron sembrados de principio a fin con sus tres guitarristas, tres cantantes y tres compositores. Variedad, calidad y buen gusto para unos australianos que son una de las revelaciones del año. Nos trajeron buenos ecos del indie de los 90 y de bandas como Pavement o Yo La Tengo, y también del magnífico debut de lo Strokes. Los mejores punteos los marcó el mejor guitarrista que es el que menos se prodigó con su voz. En ‘My Name’ estuvo colosal. Se lo pasaron en grande y su batería azuzó a toda la peña sin descanso. Al final se bajó del escenarios a perderse entre los brazos de un público muy entregado en las primeras filas y con bastantes paisanos provenientes de la isla de los canguros. El guitarra solista llevaba una camiseta con ‘Summer In The City’ y sí es cierto que hasta traen el espíritu de los Lovin’ Spoonful al año 2018. Derrocharon simpatía y saludaron varias veces en euskera con un acento mejor que el de los Belako. ¡Gran descarga de adrenalina, pero también a base de muchas destacadas canciones! UNKNOWN MORTAL ORCHESTRA suenan verdaderamente desconocidos y fue difícil seguirles la pista. En algunos momentos se acercaban al soul de Marvin Gaye para, a continuación, perderse por otros derroteros más post punk e incluso ruidistas. ¡Desconcertantes para una servidora! La actuación cumbre del festival fue la de SUN KILL MOON. Un Mark Kozelek que nos contó prácticamente su vida entera y que narró más que cantó, pero que penetró dentro de nuestros corazones y oídos. Excelentemente respaldado por un fantástico pianista y un guitarrista nos hizo acordarnos de John Cale, pero también de Gil Scott-Heron. Sin embargo Mark nos habló, cantó y contó de Jimmy Page, Madonna, Mark Knopfler y sus Dire Straits, Bruce Springsteen y su Filadelfia, su amigo Kurt Vile (tocando al mismo tiempo en otro escenario), Steve Earle, Stevie Nicks, Boom Boom Mancini, John Fante, Henry Miller o Bukowski. Desgranó algunas canciones de su más reciente obra maestra, “Benji” y hasta demostró un gran sentido del humor, aunque fuera muy negro en ocasiones. Se acordó mucho de su amigo Mark Eitzel que emocionó el pasado año en este mismo escenario y cantó y habló mucho también sobre las mujeres en general. Leyó e improvisó casi a partes iguales cual bertsolari y en ‘Mary Ann’ nos hizo acordarnos del ‘Sunny Afternoon’ de los Kinks. Vaciló en un último bis al decir que sólo le daban 6 minutos y que no sabía que cantar pues todos sus mejores temas duran más de 15. Es igual hizo lo que quiso y lo que le dio la gana como en el resto de su actuación y volvió a deleitarnos en su genial despedida. ¡Muy personal y muy especial! Llegamos para el final de KUT VILE & THE VIOLATORS y comprobamos su doble faceta acústica y eléctrica, un poco como sucede con Neil Young & Crazy Horse. Nos gustó en los dos formatos y nos dio pena no haber podido escuchar su actuación completa. Esto de los solapes siempre ha sido lo que menos nos ha gustado de estos eventos multitudinarios con muchos escenarios. Oro momento especialmente apuntado en mi agenda era el de STEPHEN MALKMUS & THE JICKS. Nunca conseguí ver en directo a sus Pavement, una de las mejores bandas de toda la década de los 90, pero sí he venido disfrutando de su buena trayectoria en solitario y/o con The Jicks. Se le vio, especialmente a él, con muchas ganas y nos dio unos buenos masajes con su amplia colección de guitarras. Cayeron varios celebrados temas de sus últimos y buenos discos, “Sparkle Hard” y “Wig Out At Jagbags” y nos dejó con las ganas de que recuperara algún clásicos de Pavement pero también con un buen sabor de boca. Para muchos los cabezas de serie de esta segunda jornada eran los MGMT. Cumplieron y divirtieron bien sonando más a pop psicodélico que a electrónica de club. Coloristas y variados en formato reforzado de trío tuvieron momentos en los que contagiaron euforia al mucho público presente.. Cambio radical para ir a ver al sueco JOSÉ GONZÁLEZ. El solo con su guitarra y su voz se apoderó del recinto Antzerkia al completo. No necesitó ni siquiera comunicarse demasiado en su castellano-argentino. Sí lo hizo con preciosas canciones de discos tan grandes como “Vestiges And Claws”. Demostró que las buenas canciones se defienden solas y que con una acústica y una buena voz se puede llegar muy lejos. Mucha gente no estará de acuerdo conmigo pero me sonó como un Cat Stevens del nuevo milenio. Dicho esto con total admiración, por supuesto. Fue difícil transformar las sensaciones del sueco para ir a ver a los GUSGUS, pero la verdad es que tuvieron bastantes momentos muy divertidos y bailables y nos hicieron pasar un buen rato. Ya con el agotamiento de nuevo en el cuerpo pensábamos que lo de JOHN HOPKINS LIVE sería otra cosa por eso del “Live” en el nombre. Fue un DJ puro y duro que no me acabada de convencer por lo que tras media hora de intentar conectar con él, optamos por la retirada. Con pena pues tenía ciertas expectativas por escuchara FOUR TET, pero eso lo tendrás que leer en otro medio.

Fotografía: Dena Flows 

Autor: Txema Mañeru

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