Entrevistas
16-04-2021
Bacon Radars, sin complejos ni colesterol
Bacon Radars han venido para quedarse. Despues de varios años en activo y publicando Eps, el quinteto afincado en Barcelona han decidido tirarse a la piscina y autoeditarse su primer larga duración, “Keep the Lights Off”. Un trabajo amasado a partes iguales entre el garaje y el indie pop sin complejos, nueve canciones que merecen una escucha.
¿Cómo una banda cuyos integrantes viven a medio camino entre Menorca y Barcelona pueden salir adelante?
Aunque en la banda haya miembros de Menorca, todos vivimos en Barcelona, así que en este sentido no tenemos ninguna dificultad.
Lleváis desde 2018 como banda y habéis publicado varios EPs en este tiempo. ¿Cómo surgió la idea de dar el salto al larga duración?
Teníamos la idea de ir más allá y profesionalizar nuestra propuesta y creíamos que una buena manera de hacerlo era grabando nuestro primer álbum. Éramos conscientes que grabar un álbum era un proceso intenso, sobre todo siendo autoeditado. Pero aprovechando algunas canciones e ideas que ya teníamos compuestas y otras que compusimos directamente para el álbum, teníamos ganas de dar el paso. Y fue por eso que decidimos pasar prácticamente todo el año 2020, con pandemia incluída, dando forma a estas canciones y cerrar el álbum “Keep the Lights Off”.
Os definís como un cruce entre el garaje de Ty Segall y el rock de Deerhunter o The Hives, pero os veo más melódicos y depurados, menos sucios y salvajes.
Es verdad que, al ser cinco miembros, escuchamos música de todo tipo. Pero a la hora de componer quizás sí que tenemos unas influencias más marcadas del indie rock de los 00s (de ahí las melodías más definidas y que no sea algo tan salvaje y desmesurado) o de grupos como Ty Segall, Foals, o Cage the Elephant, por ejemplo.
«Troublemaker» habla de las diferentes formas de consumir amor (relaciones abiertas, el poliamor, Tinder...) y la asunción de un compromiso.
Queríamos poner sobre la mesa esta nueva forma de relacionarnos unos con otros y en cierta manera hacer una doble critica. Una, a las limitaciones y prejuicios de la sociedad respecto a este libre albedrio y falta de compromiso, y la otra, a dar por hecho que todo el mundo debe relacionarse de esta forma sin respetar las necesidades del otro.
El mecenazgo os ha servido para financiar el álbum. ¿Es una buena solución para publicar un álbum o existen otras alternativas?
El objetivo principal era financiar la edición en vinilo y gracias a la gente que nos sigue y nos apoya lo hemos logrado. Cuando tienes que hacértelo todo tú mismo, no eres rico, y además no puedes hacer conciertos, es de las mejores soluciones que encontramos.
Habéis sido finalistas y semifinalistas de varios concursos musicales también.
No es algo a lo que demos mucha importancia tampoco porque en este tipo de concursos hay bandas muy buenas que tampoco llegan a fases finales y lo merecen. Depende de varios factores y casi todos incontrolables así que, cuando llegamos alguna final o semifinal lo tomamos como un reconocimiento al trabajo pero cuando no llegamos tampoco nos importa.
En un momento tan complejo para la música, ¿cuales son los siguientes pasos previstos?
Seguir moviendo Keep the Lights Off y buscar fechas para poder presentarlo en directo, que es lo que más nos gusta. Es difícil sobre todo con esta situación, pero todo el mundo está igual. Así que no queda otra que ir empujando para sacarlo adelante y hacer que la gente pueda escuchar y disfrutar nuestra música.
Para concluir, ¿el nombre del grupo es un alegato contra el colesterol y la vida insana?
Para nada, son dos palabras aleatorias que surgieron un día así sin más. No tenemos ninguna fília ni con el bacon ni con los radares, sonaba curioso y además era fácil de encontrar. Es un nombre que funciona.
Autor: Rafa García-Moreno