«Con el tiempo, muchas canciones y sus intérpretes se vuelven anticuados, tan ligeramente ridículos como algo pasado de moda, un sombrero absurdo. Y nos preguntamos: ¿Cómo pudo habernos gustado eso alguna vez? La agitada búsqueda interior de Simon, a la vez que su interés por formas de música que nunca hubieran soñado los Everly Brothers, ha sido ambiciosa pero siempre honesta y carente de pretensiones. Quizá esa sea la razón por la que los mejores temas de Simon, ya sean cantados por él mismo o por sus más ilustres intérpretes (piensa en Aretha Franklin con “Bridge Over Troubled Water”), no hayan envejecido.»
David Remnick, Introducción |